online

lunes, 18 de julio de 2011

El Sumaq Qamaña: es una cuestión de actitud

Básicamente existe en el cotidiano vivir una lucha constante entre el vivir bien y el vivir mejor.
Ello nos viene desde hace mucho, pues, originalmente en nuestra tierra era mucho más importante convivir con armonía con el resto de la naturaleza, incluyendo a los otros hombres, hasta que un día nos presentaron al Capitalismo y surgió la idea de que es mejor proteger la propiedad privada y olvidarnos de la igualdad y equidad. Nos impusieron a punta de vida o muerte este sistema, que se nos quedó en la cicatriz,  tatuada como parte nuestra y que hasta ahora no podemos superar.
Basados en el escrito de Dominique Temple, su  “Quid Pro Quo” podemos deducir que el vivir bien expresa la humanización del camino inevitable del llamado “desarrollo”, pero concebido esta  vez como un proceso colectivo de generación, acceso y disfrute de la riqueza, siempre  en armonía con la naturaleza y la comunidad, que contempla lo material, lo afectivo, intelectual y también lo simbólico espiritual.
A lo largo de toda la ya mencionada obra podemos encontrar comparados punto por punto dos sistemas completamente diferentes desde la esencia, que una vez hallados frente a frente se disputaron la permanencia y se impuso el que mas fuerza trajo, el que incita al individualismo, a la competencia, al ganar siempre, a no compartir, a obtenerlo todo sin importar por sobre quien o sobre qué. 
Hemos hablado de humanizar al tratar de definir esta filosofía, bien, y es que acaso no es humano el Capitalismo o el sistema actual?. No, no lo es en definitiva y bajo ninguna perspectiva. *
Este sistema que actualmente impera y domina tanto mentes como voluntades a nivel mundial podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que está a punto de terminar. O lo acabamos nosotros liberando nuestras actitudes de raíz o el Capitalismo acabará con todo lo que conocemos terminando también consigo mismo. Lo que ocurra primero.
Ante tal situación, emerge la necesidad de recuperar nuestros valores, de volver a pensar como antes, cuando éramos uno solo con la naturaleza, cuando al preservarla a ella cuidábamos el hogar de nuestros hijos y las futuras generaciones, cuando crecíamos juntos y no se predicaba el egoísmo como base fundamental de vida. Cuando el progreso de todos era celebrado como la victoria de cada uno.
Sumergiéndonos en la esencia en sí de la tetraléctica del Sumaq Qamaña o  Vivir Bien podemos encontrar sus pilares los cuales son: Munay (el querer), Yachay (el saber), Ruway (el hacer) y Atiy (el poder), éstos son los principios existenciales en torno a los cuales gira esta filosofía, la cual  tiene su contexto histórico ampliamente descrito por Temple* y definido en función a la comunidad en todo el sentido fático de la palabra.
Dentro de este punto de vista se entiende que cada uno de los principios ya mencionados no se los puede ni pensar, ni actuar, ni menos vivir separadamente; de igual manera que no se halla la idea de comunidad separada de la naturaleza, pero no en función a ella en contraposición al Capitalismo que como paradigma dominante actual determina a la sociedad/comunidad con fines de servirse de la naturaleza lo mas que se pueda, y sacarle la más grande y mejor utilidad desencadenando en una actual crisis energética que pretende obtener la energía cada vez mas escasa y cada vez mas cara al punto de ser negada a los mas necesitados.
Dentro del plano fenomenológico del Vivir bien vs el Vivir mejor podemos mencionar que este campo no es meramente filosófico o subjetivo sino que como todo pensamiento llevado a la acción, éste sentir está ligado a lo político, citamos a Emmanuel Levinas quien expresa esto con mayor profundidad y relevancia: “Lo que el pensamiento conoce o lo que aprehende en su “experiencia” es al mismo tiempo lo otro del pensamiento y lo propio de él.”, puesto que es una vida no separada de este ámbito político, sino mas bien, es originaria de él.
Ya que hemos tocado el tema de la política * y en torno al Vivir Bien podemos resaltar la particularidad de este modo de vida con respecto a la llamada modernidad, para empezar conceptos como democracia o poder que nos representan conceptos con contenido tácito como la realización de hecho del derecho comunitario de todos sus integrantes o una espiritualidad religiosa de respeto profundo hacia la Pachamama que deriva en leyes y normas en torno a su cuidado y preservación, para el Capitalismo solo representan conceptos fácticos que le asignas esos derechos a principios formales que hacen que tanto la vida de hombres y mujeres e incluso la naturaleza misma se subordinen a estos factores que solo son considerados de hecho, sin embargo no existen, al menos no tangiblemente.
Por ello, dentro de nuestro Sumaq Qamaña hablamos de un Munay,o poseer una espiritualidad religiosa de respecto a la naturaleza o Pachamama, hablamos de una educación para enseñar-aprender en y desde la propia cultura, el Yachay, hablamos de una economía o trabajo para comer como todos comen por igual que está dentro del Ruway, y la opción siempre latente de ocupar un cargo para servir a la comunidad o el Atiy. En este sentido, insistimos que la política del Vivir bien en comunidad tiene que ser comprendida como un proceso cíclico cuyo objetivo es garantizar la vida en sus cuatro diferentes modos de realización histórica que se encuentran en los principios de la Chakana, no en una competencia con nuestro entorno tratando de alcanzar una meta, sino mas bien vivir un día a día de la mano de la naturaleza viendo en ella una madre, Pachamama, y no una fuente inagotable de recursos a nuestro servicio.
Viendo este Sumaq Qamaña desde otra óptica u otro sentido que vaya mucho mas allá de lo político y social, podemos tocar el sentido cosmo-antropológico y citando a Jonas:

“Toda vida plantea la exigencia de vida y quizás sea éste un derecho que hay que respetar. Lo no existente no plantea exigencias y, por ende, tampoco sus derechos pueden ser vulnerados. Podrá tener derechos si alguna vez es, pero no los tiene por la posibilidad de que alguna vez vaya a ser. Ante todo, no tienen derecho a ser hasta que no sea de hecho.”
Hans Jonas: El principio de responsabilidad. Ensayo de una ética para la civilización tecnológica. Barcelona: Herder, 1995, p. 82.

Se puede resaltar sin ánimo de redundar el valor que nosotros le damos a la vida, a lo que es, con todo lo que conlleva esto, va mucho más allá de respetar leyes y normas impuestas, el respeto a la vida dentro de la idea que el único destino de la vida es ella misma, es decir, la vida no solo es la humana, es la naturaleza y la humana unidas intrínsecamente que son y tienen todo el derecho de seguir siendo.
Podemos concluir entonces que el Sumaq Qamaña se convierte en fundamento último, en mandamiento ontológico: el mandamiento político de que se debe vivir bien en comunidad o sociedad, pero no solo porque un ley lo dicte o por el miedo de un castigo, sino por pura convicción. No hay vida sin Pachamama pues ella es  vida. En este punto también podemos encontrarnos con las líneas de nuestro amigo Dominique Temple quien menciona que*  y es que en contraposición al Sistema Occidental para nosotros esto llegaría a ser algo así como una política espiritual y ellos no lo verían así pues para ellos la Pachamama no existe como sujeto merecedor de derechos.
Volviendo al anterior punto de la política, hay un punto que nos falta por analizar, el Atiy o el poder. Como es que se concibe al poder dentro de los cuatro pilares de la Chakana, como se vive el poder dentro del Sumaq Qamaña.
Bueno, y de nuevo basándonos en Temple* deducimos que estaba basado en dos determinaciones: la ética de la reciprocidad y la ética de la complementariedad, todo dentro del punto de vista intracultural, claro, ya que existe un término, el Runa, que no es excluyente en cuanto a género y es designado a quienes dentro de la comunidad tienen un cierto grado de respetabilidad y están encargados según la filosofía política comunitaria de guiar a la comunidad. Pero el hecho mismo de su existencia nos dice que para nosotros, el ser humano, hombre mujer, son complementarios naturales, y al serlo son recíprocos. Por tanto el poder, es rotativo y nadie se eterniza en el mando, el manso designado no como en el mundo occidental, en instituciones, etc., sino un mando designado por la comunidad dentro del cual existe el derecho universal para todos. No está disponible para el que lo busque, sino para el que esté dispuesto a cederlo en bien de la comunidad.
Dentro de la visión andina, todo es par, hombre-mujer (Qhari-Warmi), sol-luna (Tata Inti-Mama Killa), cielo- tierra (Janaq Pacha-Kay Pacha), lo que no es par, lo que es ch’ulla, es transitorio. Para el Capitalismo, mundo moderno, esto no es aceptado así, se pregona el individualismo como única manera de llegar a conseguir la felicidad e incluso se acepta que dentro de un par establecido, el matrimonio por ejemplo, solo sobresalga uno, el machismo. Estamos hablando también del Ayni o de la Reciprocidad. Ello está íntimamente ligado a los cuatro principios ya mencionados que en conjunto son “Poder vivir bien en comunidad”: Sabiendo, Haciendo y Queriendo bien.
Por tanto, una armonía que nazca desde los núcleos más pequeños, constituidos por la familia, hasta los más grandes, la comunidad, son indispensables para el bien común, para que exista una paz hacia las otras comunidades para y con la naturaleza.
Se puede decir muchísimo más acerca de lo que para nosotros es el Vivir Bien ante el Vivir Mejor, muchos también lo han hecho, en este caso particular elegimos basarnos en el hermoso análisis de Temple, y concluimos reforzando la idea de que solo si cambiamos nuestra manera de pensar podremos salir adelante, todos juntos sin dañar a nada ni a nadie.

No hay comentarios: